¿Influyen las emociones en la forma de comer?

Seguramente te hayas preguntado alguna vez, tras analizar alguna decisión alimentaria, si influyen las emociones en la forma de comer. En este artículo trataremos de darte una respuesta.

Si piensas en cuántas ocasiones a lo largo de tu vida tus estados emocionales y de ánimo han influido en tu forma de comer te sorprendería la cantidad de veces que éstos condicionan las decisiones alimentarias.

Qué son las emociones

Las emociones son reacciones o respuestas fisiológicas y psicológicas ante acontecimientos externos o internos, presentes, pasados o futuros, reales o imaginarios, conscientes o inconscientes.

Son respuestas muy antiguas, que desarrollamos hace miles de años.

Las emociones se caracterizan por tener intensidad y temporalidad. Es decir, son intensas y breves. 

La amígdala y el hipocampo son estructuras de nuestro cerebro que intervienen en la respuesta emocional

Tipos de emociones

Para investigar y estudiar las emociones se han realizado diferentes clasificaciones. La más conocida es la clasificación que distingue las emociones como emociones positivas y emociones negativas.

Algunas emociones como la ira, la tristeza, el miedo y el asco son consideradas emociones negativas mientras que otras como la alegría se consideran emociones positivas.

Personalmente y profesionalmente no me gusta clasificarlas de esta manera puesto que nuestro cerebro es más reticente a procesar elementos que no le gustan o que le producen rechazo. Desde que somos pequeños nos enseñan a evitar las emociones negativas.

Esta clasificación hace que podamos pensar que no todas las emociones son importantes cuando sí lo son, además de necesarias para un correcto desarrollo psicológico.

Qué papel juega la alimentación

Alimentarse es un proceso fisiológico básico y necesario para la supervivencia del ser humano.

La conducta alimentaria, entre otros factores, puede estar influenciada por factores socioculturales, que pueden repercutir en el tipo de alimentos que decidimos consumir sin necesidad de ser decisiones basadas en la calidad o valor nutricional de los alimentos.

La comida no sólo cumple la función de nutrir. Una de sus funciones es la de producir placer como objetivo, también es importante disfrutar de ella.

Celebrar con comida el cumpleaños de un ser querido, comer unas palomitas en el cine, quedar con alguien a quien quieres para ir a comer… comer porque te apetece disfrutar de la comida sin sentir emociones como culpa o frustración.

Es por esto que las emociones tienen una relación bidireccional con la conducta alimentaria

Existen emociones que llevan al consumo de ciertos alimentos que a su vez generan otras emociones.

Según las investigaciones realizadas, las emociones desagradables que podrían aumentar la ingesta de alimentos son la ira, apatía, frustración, estrés, miedo, tristeza, ansiedad, soledad y aburrimiento.

Sobre el aumento de la ingesta de alimentos frente a emociones positivas todavía no hay suficientes datos.

¿Influyen las emociones en la forma de comer?

La regulación emocional consiste en el manejo de las emociones para poder tener:

  • Capacidad de redirigir la atención.
  • Evaluación cognitiva que le da forma a la experiencia emocional.
  • Manejo de las consecuencias fisiológicas de la emoción.

En relación al concepto de “comer emocional”, consiste en el uso de alimentos como un mecanismo disfuncional de afrontamiento de las emociones negativas.

Cabe destacar que este comportamiento se normaliza desde la infancia. Cuando tenemos un mal día en el colegio y nuestros cuidadores nos dan algo rico, en las celebraciones la comida es especial…

Se ha estudiado que comer más cantidad de alimentos se utiliza como estrategia para afrontar las emociones negativas

Esta conducta puede ser disfuncional si no se sabe gestionar debido a que, en situaciones fisiológicamente normales, cuando aparece la emoción de angustia disminuye el apetito, activándose el Sistema Nervioso Simpático (SNS) y reorganizando el flujo sanguíneo hacia el aparato digestivo.

Las personas elegimos alimentos que nos provocan placer y satistacción. Estos suelen ser más altos en grasas, altos en azúcares y altos en calorías

Esto es porque estos alimentos activan el sistema de recompensa neurobiológico provocando un placer inmediato, combatiendo esa emoción negativa, que produce en nuestro cerebro neurotransmisores como la serotonina (la hormona de la felicidad).

Cómo influyen las emociones en la forma de comer

La conducta alimentaria estaría entonces condicionada durante todo el proceso de ingestión.

  • La motivación por comer un determinado alimento.
  • La respuesta afectiva de dicho alimento.
  • La elección del alimento.
  • La forma de comer.
  • La velocidad a la que se ingiere.

Una investigación de Macht (2008) con participantes de una muestra no clínica, concluyó que:

  • Las emociones desagradables inducen la alimentación para regular dichas emociones.
  • Las emociones intensas suprimen la ingesta de alimentos.
  • Las emociones agradables y las emociones desagradables dificultan nuestra capacidad de control de la conducta alimentaria.
  • El control de la elección de alimentos depende de las emociones inducidas por el propio alimento.

Desde mi perspectiva como profesional de la salud, el “comer emocional” puede ser un recurso más de un amplio abanico de recursos para afrontar una situación complicada pero no debe ser el único al que acudamos.

Todos comemos de forma emocional alguna vez pero lo beneficioso sería tener autoconocimiento para poder analizar qué nos está ocurriendo y hacerlo de manera consciente y no para tapar constantemente emociones desagradables.

Conclusión

Como conclusión, las emociones y el estado de ánimo pueden influir en la conducta alimentaria y la alimentación puede modificar las emociones y estados de ánimo.

Cuanto más nos conozcamos y sepamos identificar y regular nuestras emociones más conscientes podremos ser de las señales fisiológicas de hambre y saciedad y de nuestros estados emocionales.

Si sientes que tus emociones controlan tu día a día, te es difícil gestionarlas y afectan a diferentes áreas de tu vida, no dudes en buscar ayuda. Contacta con nosotros, esta situación puede cambiar.

Escrito por Carolina.

Bibliografía.

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