Tocarse el abdomen para sentir al bebé, elegir un nombre, pensar en cómo será, la sensación de protegerlo cuando nazca, los rasgos de personalidad de la madre… todos estos son elementos importantes que contribuirán en la salud del bebé. Por ello, en este artículo te hablaremos sobre la importancia del vínculo materno-fetal durante el embarazo.
¿Qué es el vínculo materno-fetal?
Hace referencia a la relación que se establece entre la mujer y su bebé, que se construye y desarrolla según va avanzando la gestación.
Este vínculo ocurre de manera progresiva siendo una relación unidireccional con el feto, que se basa en las representaciones o imágenes internas que la mujer hace de su hijo/a desde la emoción y el afecto.

Sea el embarazo deseado o no, planeado o no, esto ya se convierte en el principal antecedente de dicho vínculo materno-fetal (1).
Durante años se ha estudiado esta relación y las diferentes definiciones y características de dicho vínculo.
Sin embargo, se han identificado como elementos comunes las diferentes definiciones encontradas, la relación, la interacción, la afiliación y, en consecuencia, las emociones derivadas de la misma como el cariño y el afecto (1).

Características importantes para tener un adecuado vínculo materno-fetal.
1- Una conexión intensa con su hijo, emociones y percepciones positivas del bebé y de la experiencia de embarazo (2).
2- Una buena representación mental del feto que se ve favorecida a través de las ecografías y de las descripciones positivas de sus (3).

3- Realizar descripciones positivas de los movimientos fetales, tocarse el abdomen y hablarle. Mantener formas de poder interaccionar con el bebé (4).

4- Percepción de un buen apoyo social (2).
5- Deseos de proteger al bebé durante el embarazo. Seguimiento obstétrico, intención de no hacerle daño, reducción de consumo de tabaco, alcohol y otras drogas (4).
6- Importancia de los elementos afectivos como la empatía y el placer de la interacción (5).
7- Control y buena gestión de la ansiedad y estrés.
8- Confiar, cuidarse a sí misma (por ejemplo: mantener unos hábitos saludables para ella y el bebé) (6).

Vínculo materno-fetal, estado emocional materno y desarrollo psicológico.
Los factores emocionales, ambientales y sociales durante la gestación, demuestran la influencia del estado psicológico de la madre en la repercusión del desarrollo del feto y en el vínculo materno-fetal y, posteriormente, en el comportamiento, desarrollo y vinculación post-parto (5).
Gracias a la amplia literatura científica se ha podido detallar cómo el grado de ansiedad materna, el estrés percibido, la presencia de depresión y los factores socioeconómicos poco favorables se relacionan con el grado de vinculación materno-fetal, afectando al desarrollo del embarazo y el bienestar del feto (3, 7, 8, 9, 10).

Dentro de estos comportamientos y prácticas de salud se encuentran la abstinencia o reducción del consumo de alcohol y otras drogas así como los efectos positivos del descanso, la alimentación adecuada y la atención prenatal, beneficiando al desarrollo fetal (11).
Como curiosidad.
La evidencia científica plantea que la forma que tienen de vincularse la madre y el feto se encuentra influenciada por la sensibilidad de la madre con su función materna y esto influye en el vínculo post-parto (La vida secreta del niño antes de nacer, Thomas Verny).
Estos son los resultados que obtuvieron varias investigaciones:
1- Aquellas madres que expresaron sentir una fuerte conexión afectiva hacia sus bebés en el post-parto la cual describían como la que estuvieron sintiendo ya durante el embarazo (La vida secreta del niño antes de nacer, Thomas Verny).
2- Si la madre mantiene niveles altos de ansiedad durante el embarazo, su hijo tiene más tendencia a padecer estrés y ansiedad.
Esa tendencia es independiente de las experiencias que tenga el bebé al nacer o de las emociones que comparta con su madre después (12).

3- Mujeres que han desarrollado la empatía y la sensibilidad propias del rol materno en el embarazo tendían a tener una mayor capacidad para ofrecer una respuesta adecuada ante las necesidades del recién nacido favoreciendo la interacción positiva entre ambos.
Esta interacción ha sido descrita como la base del vínculo madre-hijo, que representa un papel fundamental en el desarrollo social, emocional y cognitivo en la infancia temprana (12, 13).
Son muchos los estudios que plantean que el estado emocional de la madre durante el embarazo y los estresores a los que está sometida pueden influir en el correcto desarrollo del bebé.
«Todos somos producto de nuestra historia de desarrollo en el útero materno»
Vivette Glover.
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Escrito por Carolina.