El simple hecho de ir a hacer la compra, planificar menús, elegir qué comer o no durante el embarazo… puede llegar a ser un quebradero de cabeza para las embarazadas.
En este artículo trataremos de aclarar qué no comer en el embarazo y por qué.
¿Por qué no se recomiendan ciertos alimentos durante el embarazo?
A la hora de valorar y realizar un tratamiento dietético-nutricional en el embarazo (o en cualquier otra situación) lo que busca el nutricionista es otorgar recomendaciones integrando valores, preferencias y circunstancias propias del paciente.
Todas ellas a través de la nutrición basada en la evidencia, con el fin de exponer los posibles riesgos y beneficios de los distintos abordajes y, mediante el consenso entre paciente y nutricionista, llegar a la mejor solución posible (1).
En este caso nos vamos a centrar en la seguridad alimentaria.
Este es uno de los muchos aspectos importantes a tener en cuenta al realizar un tratamiento nutricional durante el embarazo.
Es por esto que nos centraremos en qué no comer en el embarazo y por qué, exponiendo las razones por las cuales no es recomendable el consumo de determinados alimentos.

Qué no comer en el embarazo y por qué.
Metales pesados en el pescado.
El pescado es un alimento saludable dentro de cualquier dieta y, por supuesto, también en la dieta de las embarazadas.
Aun así sabemos que en determinados peces (sobre todo los de gran tamaño) la cantidad de metales pesados como el mercurio puede suponer un problema de salud para el organismo y sobre todo el sistema nervioso central (SNC) del bebé (2).
Para conocer qué peces no se recomiendan durante el embarazo, existen guías específicas de cada país y región a las que poder consultar.
Aquí os dejamos los que recomienda evitar AESAN (agencia española de seguridad alimentaria y nutrición): pez espada o emperador, atún rojo (Thunnus thynnus), tiburón (cazón, marrajo, tintorera, etc.) y lucio (3).

Carnes, pescados, huevos y leche crudos (o sus derivados curados).
La clave detrás de la recomendación de no consumir estos alimentos (entre ellos el jamón) se da por la posible presencia de toxoplasma gondii.
La infección para la madre no tiene por qué ser un problema pero, en el caso de que pase al feto, el resultado puede derivar en graves problemas de salud como hidrocefalia, ceguera o problemas neurológicos graves (4).
Para prevenir esta enfermedad debe cocinar el alimento al menos a 70ºC durante dos minutos, evitar la contaminación cruzada, mantener una correcta higiene de manos y utensilios de cocina y consumir agua de fuentes seguras.

Algas.
El consumo de algas no está recomendado debido a su variabilidad de contenido de yodo, que puede hacer difícil prevenir o controlar una ingesta segura de este nutriente (5).
Preparados a base de hierbas.
En este caso no se recomienda el uso de tés o hierbas por el desconocimiento y falta de información fiable sobre los efectos durante el embarazo.
Aun así hay algunos que sí se recomienda evitar pues ya han sido estudiados, como la consuelda, manzanilla, ginseng, pasiflora, regaliz, caléndula, aloe…
Como recomendación, siempre que os aconsejen algún producto a base de hierbas bajo la premisa de “es sano porque es natural” pedid que os lo demuestren mediante algún certificado de seguridad respaldado por una agencia de seguridad alimentaria como AESAN (6, 7, 8, 9).

Cafeína.
Existen estudios que sugieren la posibilidad de que un alto consumo de cafeína durante el embarazo se asocie con un aumento del riesgo de pérdida fetal.
El consumo de cafeína parece tener una asociación dosis-dependiente con el riesgo de pérdida del embarazo (10, 11, 12, 13).
Se estima que sin superar las 200 mg de cafeína al día, no habría riesgo para el feto ni riesgo para la madre.

Alcohol.
El alcohol es un producto tóxico para nuestro organismo y no existe una cantidad que suponga beneficio para la salud.
Por lo tanto la recomendación es no consumir alcohol durante el embarazo (14, 15, 16).
Escrito por Nicolás.