El embarazo puede ser un factor mantenedor o precipitante de trastornos de la conducta alimentaria (TCA) e incluso, en algunos casos, también puede ser un factor protector frente a estos. En este artículo te contamos qué efectos podría tener tanto para la mujer como para el feto padecer un trastorno de la conducta alimentaria en el embarazo.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), son un grupo de enfermedades que generalmente afectan a mujeres en edad reproductiva.
La prevalencia de TCA en mujeres embarazadas es de un 7,5% estando incluidos los casos subclínicos, es decir, que no se ajustan a un tipo concreto según los criterios diagnósticos del DSM-5.
A continuación te contaremos qué efectos podría tener tanto para la mujer como para el feto padecer un TCA durante el embarazo.
Trastornos de la conducta alimentaria durante el embarazo.
El embarazo y el postparto son períodos de cambios fisiológicos, psicológicos y corporales. Es por estos motivos que estas etapas pueden resultar especialmente difíciles.
Además, el embarazo suele ser un período de mayor sensibilidad a la autopercepción negativa, lo que puede llevar a un deterioro de la autoestima de la mujer embarazada.
Para las mujeres que padecen trastornos de la conducta alimentaria, el embarazo suele ser una etapa muy difícil, en especial los primeros meses, donde se empiezan a ver determinados cambios corporales pero no demasiado evidentes.
Las mujeres con un TCA o que han sufrido en el pasado un TCA son más vulnerables a estos cambios en la imagen corporal y otros cambios físicos y hormonales.
Debido a esto, el embarazo puede ser un factor de riesgo para el inicio o la reactivación de un TCA.
Actualmente, el impacto de los TCA durante el embarazo o postparto es todavía poco conocido pero se valoran tres hipótesis que podrían resolver esta cuestión.

Impacto de TCA en el embarazo.
Los TCA son un grupo de enfermedades multicausales con numerosos factores predisponentes, precipitantes y mantenedores.
Por tanto, resulta difícil valorar qué escenario se puede dar en el caso de una mujer embarazada que sufra un TCA.
Las investigaciones actuales valoran tres opciones:
- Mejora de la sintomatología de TCA durante el embarazo y mantenimiento de esta mejoría durante el postparto.
- Mejora de la sintomatología de TCA durante el embarazo e intensificación durante el postparto.
- Mantenimiento de la sintomatología activa del TCA durante el embarazo.
Mejora de la sintomatología durante el embarazo y mantenimiento durante el postparto:
Se valora que el instinto de protección del bebé durante el embarazo y de garantizarle un aporte necesario de nutrientes puede actuar como factor protector disminuyendo los síntomas de TCA.
Además, sentir los movimientos y las patadas del feto pueden ejercer de factor protector hacia la percepción de la propia imagen corporal.

Mejora de la sintomatología de TCA durante el embarazo e intensificación durante el postparto:
Los cambios corporales durante el embarazo están más aceptados a nivel social.
En cambio, a nivel social también, existe una gran preocupación por recuperar el cuerpo de antes del embarazo lo antes posible.
Esta necesidad de conseguir un cambio rápido a nivel corporal puede empeorar o aumentar la sintomatología del TCA en el postparto e, incluso, supone un mayor riesgo para la mujer de padecer depresión postparto y ansiedad. Especialmente en mujeres que sufren un TCA.
Mantenimiento de la sintomatología activa del TCA durante el embarazo:
En mujeres embarazadas que padecen un TCA, aumentan notablemente las probabilidades de tener depresión y/o ansiedad, además de ser más elevado el riesgo de autolesiones e intentos de suicidio.

Sumado a esto, en mujeres con antecedentes de TCA, son mayores las probabilidades de dificultades en el embarazo, en el parto y en el postparto (diabetes gestacional, hipertensión, anemia, cesárea, parto inducido, prolongado, aborto…)
En desarrollo del feto también se ve aumentada la probabilidad de sufrir complicaciones siendo las más comunes en estos casos microcefalia y bajo peso al nacer.

Para las mujeres embarazadas con antecedentes de TCA sería muy buena opción recibir un tratamiento interdisciplinar por parte de un equipo formado, al menos, por profesionales del ámbito de la ginecología, psiquiatría, psicología y nutrición que estén en contacto continuo acerca de la evolución del caso.
Escrito por Paloma.
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